OBESIDAD INFANTIL: “El futuro depende de lo que hacemos en el presente”

OBESIDAD INFANTIL: “El futuro depende de lo que hacemos en el presente”

Alimentarse es una necesidad vital del hombre, cuyas conductas alimenticias no solo han ido cambiando alrededor del tiempo sino que se han visto influenciadas por la cultura, la ubicación geográfica, el factor socio-económico, la tecnología con sus procesos de fabricación y conservación de alimentos y hasta la religión. El desbalance en la ingesta nutricional ha causado desordenes como el sobrepeso y la obesidad que desde el pasado hasta la actualidad se han conceptualizado y estudiado desde diversos aspectos.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad ha dejado de ser una epidemia para convertirse en una «pandemia», es decir, es una «enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región», y los niños son entre todos, los más vulnerables; tanto es así, que la obesidad infantil es hoy en día una auténtica crisis para la salud pública (1).

La malnutrición por exceso es una grave situación que está afectando a todas las esferas sociales, impactando desde la niñez e interviniendo en el adecuado crecimiento y desarrollo; lo que conlleva a la clasificación a tan temprana edad de condición de enfermo, con todo lo que representa para la vida.

A nivel mundial, en 2016, 41 millones de niños menores de 5 años tenían sobrepeso, frente a los 30 millones en 2000. Las tendencias sugieren que este número seguirá aumentando. El incremento en la prevalencia del sobrepeso se refleja en casi todas las regiones (2).

Para 2030 el 50% de la población mundial sufrirá de sobrepeso. Advirtió la Directora General de la Organización Mundial de la Salud, Margaret Chan, que no hay uno solo país en el mundo que haya logrado frenar el avance de esta enfermedad, de acuerdo con el World Economic Forum. Hay que señalar que la obesidad no es exclusiva de los países desarrollados. El 60% de los obesos en el mundo viven en países emergentes. La acelerada industrialización y urbanización ha incrementado los ingresos y el consumo de calorías. En China e India la tasa de obesidad en ciudades es tres y cuatro veces más alta que en zonas rurales (3).

De acuerdo con los resultados de la ENSIN 2010 con respecto al 2005, el sobrepeso (IMC, mayor o igual a 25 y menor o igual a 30) en el grupo de 18 a 64 años aumentó en promedio 2 puntos porcentuales; La obesidad (IMC> a 30 años) del grupo de 18 a 64 años aumentó en promedio 2,5 puntos porcentuales en el 2010 con respecto al 2005. El riesgo de sobrepeso, obesidad y exceso de peso en la población de 14 a 64 años muestra una tendencia al aumento, lo cual sugiere cambios negativos en los patrones de consumo; la relación sobrepeso-obesidad aumenta a medida que se incrementa el nivel del SISBEN y el nivel educativo de la madre (9,4% en madres sin educación vs 26,8% en madres con educación superior). El exceso de peso es mayor en el área urbana, con el 19,2%, que en el rural, con el 13,4%. La obesidad se concentra especialmente en las mujeres. Entre los años 2005 y 2010 la obesidad aumentó un 2,7% en los hombres y un 3,5% en las mujeres (4).

En la socialización del  estudio sobre la situación alimentaria del Eje Cafetero, se estableció la problemática de salud que se está presentando en la población infantil debido a la falta de educación nutricional. Según las cifras dadas,  la obesidad en niños y niñas menores de 5 años es de 5,4% (5).

El estilo de vida de la sociedad actual promueve una serie de conductas alimenticias perjudiciales para la población infantil, desde el momento de la gestación hasta el desarrollo vital del niño, que sumado al comportamiento sedentario del infante desencadenan un problema cada vez más crítico a nivel mundial.

Sus factores son múltiples e intrincados: densidad calórica de la alimentación, sedentarismo, factores psicológicos, genéticos, contexto socioeconómico.

Los hábitos alimentarios son deficientes desde el nacimiento lo que está directamente influenciado por factores como diabetes gestacional, incumplimiento de la lactancia materna exclusiva desde el nacimiento hasta los seis meses de edad, desconocimiento de una adecuada introducción de alimentos, publicidad engañosa, menor dedicación en la elaboración de las preparaciones, incremento de productos procesados, omisión de algunos tiempos de comida, inadecuados hábitos alimentarios influenciados por el consumo en las familias de dietas ricas en energía y grasa, deficiente consumo de alimentos que contengan vitaminas, minerales y escaza actividad física.

Las sociedades actuales evolucionan hacia el sedentarismo, que fomenta una actitud pasiva en el niño, quien además es nativo digital y utilizador de tiempo completo de computador, televisión, control remoto, videojuegos, medios de transporte automatizados, celular, ascensores, servicios a domicilio, más soledad, menos horas de sueño, menos juegos al aire libre. La obesidad conlleva a complejas implicaciones en los sistemas que componen al organismo y emocionalmente se caracteriza por disminución de la autoestima del individuo; interfiriendo en todos los aspectos de la vida.

No es por tanto un trastorno único, por el contrario se acepta que es un grupo heterogéneo de trastornos asociados que repercuten grandemente en la morbilidad y mortalidad de las poblaciones. A través de altas incidencias de diabetes tipo II, hipertensión arterial, enfermedades cerebrovasculares, enfermedades cardiovasculares (IAM), algunos tipos de cáncer y apnea obstructiva del sueño, el Síndrome Metabólico que incluye además de la obesidad, a la hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia, elevación de las LDL y VLDL, disminución de las HDL, hiperuricemia y aumento de la resistencia a la insulina (6). 

Cabe mencionar que este estado nutricional se manifiesta en el desarrollo psicológico y en la adaptación social del niño. En general, la población infantil afectada por esta patología no es aceptada en la sociedad, por lo que el niño obeso percibe su apariencia física como no deseable; A la edad de 7 años, el niño ha aprendido las normas de regulación cultural y empieza a elegir su grupo de trabajo y de juego; es cuando inicia la discriminación para el niño obeso (7).

Con base al panorama descrito vale la pena analizar si las políticas implementadas a nivel internacional y nacional son las indicadas para impactar en la población y estimular el cambio que conlleve a la generación de estilos de vida saludable, para alcanzar una adecuada calidad de vida y bienestar.

No son suficientes las estrategias; Es importante reflexionar como se realiza la comercialización masiva de los productos poco saludables, transgénicos y el impacto de la tecnología que cada día genera sociedades más pasivas lo que ha conllevado en la disminución de la actividad física. Los factores de la obesidad han provocado innumerables problemas de salud por lo que son la alerta actual, pero que a pesar del conocimiento se continúa con la distribución masiva de esta clase de alimentos y productos para el hombre; debido al gran aporte financiero que representan. Definitivamente se debe soñar en que el propósito de la salud pública enfocada en un país unido en miras de lograr transformaciones contundentes, a través de estilo de vida saludable y la lucha incesante para vencer las adversidades y vicios que padece la sociedad en pro de alcanzar cambios que disminuyan los factores que afectan la calidad de vida.

Desde el perfil como nutricionista dietista se evidencian una amplia gama de adversidades que están afectando desde la infancia el proceso de salud, a causa del incremento inminente de la malnutrición por exceso; teniendo en cuenta todas las repercusiones en el estado nutricional, social y de salud; partiendo de la idea de que el niño de hoy será el adulto del mañana.

Al hacer un análisis de todos los componentes que contempla la obesidad, se evidencia un proceso histórico que abarca todos los aspectos de la vida; que si logran impactarse a través de estrategias eficaces, eficientes y efectivas se convertirán en el pilar de la preservación del hombre y en a la adquisición de una vida digna. Concluyo con la siguiente frase “Una nutrición sana y variada es la clave para prevenir enfermedades, tener energía para disfrutar de la vida y sentirnos fuertes para superar los obstáculos”.

 

Por: Sara Marín Trejos – Nutricionista Dietista

 

 

Referencias

  1. Organización Mundial de la Salud. OMS | Obesidad y sobrepeso [Internet]. 311. 2015. p. 1–4. Available from: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs311/es
  2. La desnutrición – DATOS UNICEF [Internet]. [cited 2017 May 25]. Available from: https://data.unicef.org/topic/nutrition/malnutrition/#
  3. Revista Dinero.Obesidad amenaza la economía global.2015 [Internet] http://www.dinero.com/internacional/articulo/obesidad-ha-convertido-lastre-economia/207550
  4. Ministerio de Salud y Protección Social.Plan Decenal de Salud Pública 2012 -2021.
  5. El diario; Alarmantes cifras sobre obesidad y sobrepeso en menores de Risaralda.Pereira;2017 [Internet]. from: http://www.eldiario.com.co/seccion/REGIONAL/alarmantes-cifras-sobre-obesidad-y-sobrepeso-en-menores-de-risaralda110830.htm
  6. Achor MS, Adrián N, Cima B, Brac ES. Obesidad infantil. 2007;34–8.
  7. Hernández-arteaga I, Rosero-galindo CY, Montenegro-coral FA. Obesidad : una pandemia que afecta a la población infantil del siglo xxi Obesity : A Pandemic Affecting Child. 2015.